Nuestros gloriosos equipos regios terminaron la jornada 4 con sendos empates. El sábado los Ti-Gue-Res ya traían 2 en la frente y con ello los Pumas dejaron de hacer lo que saben, que es manejar y retener el balón y permitió que los felinos locales se lanzaran apanicados a meter un golecillo, porque el concierto de abucheos hacia sus delanteros Kikin e Itamar después de grandes fallos así lo pedía, ya que a base de llegadas atropelladas no lograban concretar, pero tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe y la fanaticada local deliraba con el empate sobre el minuto 90. Itamar la verdad sea dicha, no se achicó en los abucheos y se fue con todo generando el resultado esperado, un empate con sabor a victoria, sin embargo eso no los saca del pantano, es decir siguen empachados en el penúltimo lugar de la porcentual y les sigue una tercia de juegos nada sencillos, empezando por el clásico regiomontano.
Por otro lado, el Campeón salió en diablolandia a enfrentarse al Toluca y a la altura de su ciudad y creo que eso los hizo ser mesurados en el accionar ya que en el horizonte además estaba el viaje a la Copa Libertadores. Realmente no metieron el acelerador a fondo y un Toluca con algunas ausencias, ocasionó un encuentro deslucido y si todavía le agregamos la cantidad de pifias arbitrales para los dos equipos pues el resultado fue un encuentro de champurrado en el cual los jugadores se dedicaron más a estar reclamando la marca arbitral que realmente a generar una estrategia desequilibrante para cualquier lado. Que tan malo resultó el asunto que ni en la Radio ni en la TV los comentaristas atinaban a saber porque Monterrey salió con un uniforme nunca antes visto; alguien después les sopló y lograron comentar al respecto. Afortunadamente el Superbowl ya estaba en puerta y permitió olvidar el empache dominguero.
Hablando de Superbowl, creo que los Potros perdieron desde aquella fecha en la que decidieron descansar a sus titulares y no buscar la marca perfecta, mientras que los irreverentes Santos de Nueva Orleans les faltaron al respeto y en lugar de retarlos como lo hicieron con el viejito Brett Favre, fueron más calculadores y le jugaron por nota a la defensiva a un Manning que ya no asusta con sus dizque cambios de jugada en la línea; esa ya no se la cree nadie. Fueron tan atrevidos que arrancar el 3er cuarto con una jugada tipo AFAIM les dio la confianza suficiente para salir Campeones. Por cierto en Torreón brincaban de gusto y varios salieron a las calles al oír ¡SANTOS CAMPEON! Pero oh desilusión cuando alguien les dijo que no se referían al Santos Laguna sino a los de Nueva Orleans. Ah que mis laguneros amigos.
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